Necropolítica Mexicana.

En México vivimos en una Kakaocracia sin límites, Kakocracia igual a: el gobierno de los peores. Una Kakocracia bien mezclada con una Plutocracia que combinadas con la violencia, el miedo y la sangre, hacen un Estado Necropolítico. Muerte y miedo como principio para gobernar. Y si lograron institucionalizar la revolución cómo no van a institucionalizar la “seguridad” interior.

Quienes ostentan el poder real y el poder relativo no tienen ningún reparo en “arreglar” las cosas con violencia y muerte. El año 2017 fue el más violento en homicidios dolosos y muchos de esos homicidios fueron de alcaldes y presidentes municipales, sin mencionar el record de periodistas y el hostigamiento permanente a la sociedad civil bañada de armas ilegales que vienen de EE.UU. Armas al alcance de la mano de cualquiera, sin criterio y hasta rentadas por 200 pesos la hora.

Entre ¿plata o plomo? y entre la enorme capacidad de arreglar diferencias a balazos, México va a la vanguardia en violencia política. Desde un ¿qué me ves? hasta sacar a un adversario político del camino a balazos, México es pura violencia política. Muchas veces como única y primera opción, servidores públicos locales, arreglan sus diferencias políticas con sangre.

La impunidad es parte de la violencia. Nadie sabe nadie supo, es el común denominador de muchos de los crímenes. Sin mencionar la ola de feminicidios que marcan parte de la agenda diaria pública, la sangre corriendo es materia casi común.

El problema real es, otra vez, la normalización de la violencia. Analistas internacionales sonríen con pudor cuando muchas de las diferencia políticas en México, sobre todo a nivel municipal, se arreglan a balazos, con la muerte. Ahí no hay margen para análisis político.

Con ese argumento de sangre y en medio de la impunidad, la realidad es salvajismo puro. La ley del viejo oeste y parece que no hay nada que hacer, sólo esquivar balas.

La impresión que da es que no es escandaloso que se maten alcaldes o presidentes municipales en funciones, cargos públicos que por la forma de manejarse merecen ser aniquilados por adversarios o enemigos. Así se impone la ley del más violento ¿Para qué? Para sostener el control sobre el gran negocio que significa controlar los presupuestos públicos y sobre todo la seguridad local y los sistemas de “justicia”. Mantener el negocio de la corrupción a través del botín que significan los presupuestos públicos locales y el lavado de dinero.

Los cacicazgos a mano armada siguen siendo la norma en muchas partes, en un país que ondea una bandera de futura potencia mundial con la continuidad priísta, gracias a mantener todo como está. Parece una broma de mal gusto.

Es muy claro que hay que evitar la ilusión y fantasía que con las elecciones de 2018 todo se va a arreglar. Incluso si el candidato fuera Nelson Mandela toda la estructura de gobierno está contaminada. La corrupción, la impunidad y sobre todo el poder financiero del narco están muy enquistados y las buenas intenciones no son suficientes, sobre todo si sólo son discursos electoreros.

Los cambios fundamentales siempre vienen del mismo lugar, la sociedad civil y los ciudadanos conscientes que exigen y que saben exigir con una herramienta poderosa, la organización. Esa otra fantasía, la participación ciudadana que promueve el INE, es parte del juego de manipulación a gran escala. El gobierno de los peores es juez y parte de algo que prefieren no se mueva mucho y que siga siendo controlable a través del miedo y la sangre.

XALAPA, VERACRUZ, 17ABRIL2010.- Este medio d’a Javier Duarte de Ochoa, rindi— protesta como candidato a gobernador del estado de Veracruz por el Partido Revolucionario Institucional (PRI),  en el estadio "Jalape–o" de la ciudad de Xalapa.  FOTO: JOSƒ CANDELARIO/CUARTOSCURO.COM

XALAPA, VERACRUZ, 17ABRIL2010.- Este medio d’a Javier Duarte de Ochoa, rindi— protesta como candidato a gobernador del estado de Veracruz por el Partido Revolucionario Institucional (PRI), en el estadio “Jalape–o” de la ciudad de Xalapa.
FOTO: JOSƒ CANDELARIO/CUARTOSCURO.COM

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