Trump otra vez

Trump de nueva cuenta ataca, ahora el turno es contra la ONU y contra su propio Departamento de Estado:

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  • Desde la negatividad, una vez más, el presidente Trump se encarga de convertirse en detonador de nuevas dimensiones internacionales a partir de la provocación unilateral atentando contra el derecho internacional. Ahora el turno le toca a los organizamos internacionales empezando por la anquilosada, burocrática y empobrecida Organización de las Naciones Unidas. En el proyecto de presupuesto para el 2018 presentado hoy por el presidente incluye la pretensión de eliminar la Iniciativa Global de Cambio Climático –firmada en su momento por el ex presidente Obama- y elimina las aportaciones estadounidenses al Fondo Climático Verde de la ONU.
  • Recordemos que la Iniciativa Global de Cambio Climático era un plan ejemplar de Estados Unidos para incentivar la inversión en energías renovables; había sido dotado el programa con 350 millones de dólares y ahora simplemente Trump lo suspende por estar convencido que el calentamiento global es una invención de los chinos para vender su tecnología medioambiental. Al mismo tiempo se elimina la financiación del Fondo Climático Verde de la ONU y lo deja volando en el vacío. Obama había prometido una aportación de 3,000 millones de dólares y de esos faltaba por aportar 2,000 millones: ahora Trump decide usar esos recursos en armas
  • Cabe advertir también, que los mencionados programas medioambientales se encuentran bajo la coordinación del Departamento de Estado, el cual ha sido uno de los más afectados por los recortes de Trump con una reducción del 28 %, pasando de 52,800 millones a 37,600 millones de dólares. Además y de modo significativo, se reduce el presupuesto para las actividades del Departamento de Estado en áreas de guerra como Siria, Irak y Afganistán pasando de 20 mil millones a 12 mil millones. Y los recursos destinados para esos escenarios de conflicto serán gestionadas más directamente por el Departamento de Defensa. Se mantiene, sin embargo, el grueso de la aportación militar a Israel en los 3 mil 100 millones de dólares.
  • Así podemos observar en términos geoestratégicos (defensa de las distintas seguridades nacionales a partir de una determinada posición geográfica) que el nuevo presidente de Estados Unidos ya decidió subordinar el “poder suave” del ejercicio diplomático del Departamento de Estado a un militarismo explícito de poder imperial que quiere imponer el miedo a nivel global. En el caso de Trump podemos sostener que su actitud es la de un terrorista de Estado que interpreta los atributos militares para desencadenar el terror potencial con propósito de dominación imperial. Ese es el mensaje presupuestal en materia internacional que demuestra el peligro de un hombre que por carambola llega a la presidencia de una potencia atómica: cuando Trump habla de recuperar la grandeza perdida de Estados Unidos de hecho se refiere a la grandeza militar al servicio de los intereses financieros.
  • Dentro de esa lógica, en dicho documento Trump rebaja las contribuciones operativas para las labores de pacificación de las Naciones Unidas con un argumento imperial: “El presupuestobusca reducir o finalizar la financiación directa para organizaciones internacionales cuyas misiones no avanzan de manera sustancial los intereses exteriores de EU, son duplicados o no están bien gestionados”. El plan presupuestario de Trump señala además que establecerá un límite del 25 % en los costos para labores de pacificación de la ONU, frente al actual 28 %. También indica que se reducirán las contribuciones estadounidenses a la ONU, de cuyos costos operativos EU carga con el 22 %, aunque no ofrece cifras al respecto.
  • El plan de presupuesto también se propone la rebaja de los fondos para bancos multilaterales, incluido el Banco Mundial. Se busca una reducción de 650 millones de dólares en los próximos tres años en la aportación norteamericana a dicho banco, sin por ello sacrificar la posición que se quiere hegemónica de seguir siendo el principal donante y por tanto el origen de todas las decisiones importantes. Para la derecha y la extrema derecha estadounidenses representadas por Trump, las aportaciones al desarrollo son dinero tirado a la basura por los altos índices de corrupción en los países pobres.
  • Y en parte no les falta razón, la corrupción en los países en desarrollo es proverbial y el nuestro es ejemplo mundial en la materia según establece la OCDE. Ciertamente los conservadores de EEUU no despliegan su crítica al poder corruptor de las compañías transnacionales, y en particular de las compañías estadounidenses que siempre han jugado sucio cuando se trata de conquistar mercados cautivos. Tampoco señalan la complicidad con las dictaduras de derecha para conseguir el predominio comercial y militar. Los imperios desde siempre y el estadounidense no es excepción, manejan el doble rasero como condición ideológica existencial. Predominan en lo militar y en las finanzas pero también en el plano ideológico.
  • Es pertinente aclarar que estamos sólo ante el borrador presupuestal que establece las prioridades de gasto del nuevo gobierno del presidente Trump, pero dependerá del Congreso cómo se distribuya el presupuesto federal. Claro dentro de una dinámica de control total del Congreso por parte de los republicanos que en mucho coinciden con Trump en materia de organismos internacionales y de la manipulación del derecho internacional al servicio de los intereses unilaterales del imperio.
  • De esa manera puede observarse que se trata de toda una ofensiva contra la ONU que desde hace decenios ha sido denunciada por la derecha y la extrema derecha de Estados Unidos por sus disfuncionalidad burocrática, por la duplicación de sus programas, por su mala administración y, sobre todo, porque favorece posiciones contrarias a los intereses de Estados Unidos.
  • A los ojos de la reacción estadounidense no es posible seguir manteniendo con la mayor aportación financiera a un organismo que se ha distinguido por contrarrestar las políticas imperiales de las distintas administraciones de EEUU. Por ejemplo, recordemos la batalla dada y perdida por el ex Presidente George W. Bush para que el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas diera su aval para legalizar la invasión de Irak.
  • En materia multilateral la política imperial parte de una hipocresía o duplicidad básica: han mantenido la mayor aportación económica al organismo internacional con la intención de disciplinarlo a las políticas del imperio bajo la vía del chantaje, y al perder sistemáticamente las votaciones en las distintas instancias y programas de la ONU entonces amenazan con retirar o disminuir dicha aportación. La diferencia es que ahora Trump se atreve a hacer en términos hiperactivos lo que antes era sólo una amenaza.
  • Para México la posición adoptada por Trump en materia multilateral es de vital importancia porque desprecia justamente lo que han sido los baluartes de la política exterior de nuestro país: la defensa del derecho internacional y de los organismos multilaterales.

  MNM

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