Hay quienes dicen que sí. Hay quienes dicen que no. Recientemente se publicó en el periódico El Financiero un estudio citando a la plataforma Paint Nite donde se comprueba que a partir de un mayor gasto en citas de amor previas existen más probabilidades de que esos encuentros se conviertan en una relación, con unos 840 pesos en promedio por cita y los más espléndidos hasta 4 mil pesos en promedio. Refutando así la idea de que el amor no se compra. En una sociedad mercantilista parece que no es novedad, al contrario.
Existe otra estadística interesante que dice que ganar 75 mil dólares al año es suficiente para ser feliz en un nivel de riqueza (unos 125 mil pesos mensuales, casi como diputado mexicano). Que ya no hay ninguna diferencia emocional entre ganar 75 mil dólares al año y ganar un dólar más que eso o ser multimillonario.
Parece que en una sociedad como la nuestra, la mexicana, esas posibilidades están a la mano cuando estás cerca de los presupuestos públicos. Como reza el viejo adagio priísta “Quien vive fuera del presupuesto federal vive en el error”.
Lo cierto es que el dinero más que felicidad puede dar tranquilidad. Los procesos emocionales frente al dinero son muy importantes. Determinan mucho la manera en que enfrentamos y vemos la vida. Y sin duda el componente más importante es cómo nos educaron frente al dinero. Directa o indirectamente, cómo el círculo familiar nuclear se relaciona con la idea del dinero.
A parecer (o eso nos han hecho creer últimamente) las nuevas generaciones valoran más las experiencias y la propia coherencia que al dinero por el dinero. Las resistencias de muchos jóvenes a emplearse y mejor convertirse en su propio jefe parece que va a la alza. Pero como la información y la manipulación de la información son parte del negocio mercantil preferimos quedarnos con la idea de enriquecer la vida, en todos sus aspectos, incluido el dinero.
Si el dinero es todo en la vida no queda espacio para mucho más. Así que no puede ser todo pero sí tener un lugar importante en la medida que te dé tranquilidad y no te ande persiguiendo el SAT.
