Con frecuencia se ha dicho que las elecciones en el Estado de México podrían ser el ensayo de las elecciones a la Presidencia de la República en el 2018. Pero se trata de situaciones no comparables por múltiples razones: demográficas, no es lo mismo una parte de la población electoral, por significativa que ésta sea, que el conjunto de la población que vota en el país; por la diferencia en dimensión y contenidos en la relación de fuerzas políticas a niveles estatal y nacional; y en atención a la gran diversidad de intereses estatales y locales que inciden en la manera de votar en las elecciones estatales a diferencia de las presidenciales.
Sin embargo, el PRI mexiquense no está vacunado contra los males que sufre el PRI nacional: la impopularidad, el desprestigio y la clara ilegitimidad por la reprobación generalizada de la ciudadanía. La posición del PRI mexiquense es menos fuerte ahora que nunca antes en la historia de ese estado y puede perder las elecciones, por más que ahora ha recuperado la posición delantera por algunos puntos en las encuestas como veremos más adelante.
Sin embargo, la moneda sigue en el aire porque el PRI mexiquense se ve contaminado por la reprobación generalizada que el PRI sufre a nivel nacional. Así como ahora ganó algunos puntos en las encuestas más adelante puede perderlos con la misma velocidad. Más allá, la desaprobación que sufre la presidencia de la República en manos del mexiquense Peña Nieto, por la ingobernabilidad evidente que ha generado, coincide en el tiempo, en la forma y en los contenidos con la desaprobación concomitante del mexiquense Eruviel Ávila en la gubernatura.
Todo anuncia que el predominio priista en el Estado de México y en el país puede llegar a su fin. Los últimos gobiernos mexiquenses –Montiel, Peña Nieto y Eruviel Ávila- han deteriorado la vida económica, política y social del Estado de México a fuerza de desgobierno y de sus altos índices de corrupción. Hay ahora más mexiquenses pobres que nunca. El Estado de México guarda un primer lugar nacional en materia de inseguridad y número de feminicidios. Las grandes empresas empiezan a preferir instalarse en otros estados por lo niveles mexiquenses de corrupción y de violencia.
Se ha hecho evidente que los programas sociales han sido utilizados electoralmente por los priistas bajo la comandancia del secretario de Desarrollo Social -el iletrado de Luis Miranda Nava-, y la compra del voto que era una práctica que antes se veía como normal en el estado, ahora ya se traduce en el desprestigio y reprobación de la ciudadanía. Cuando más la atomización del voto entre las distintas candidaturas anti priistas pudiera permitir que Del Mazo con un margen menor se quedara como gobernador. Sobre todo si el voto de izquierda permanece dividido.
Por lo pronto el candidato puntero es Alfredo del Mazo. En lo que va de 2017 ha subido 11 puntos, pasó de 21% de intención de voto en enero, a 32% en mayo. Sin embargo, se dice que el priista más bien ha recuperado puntos que había perdido y difícilmente podrá ir más allá del voto priista sumando duros y comprados. Cabe decir que Alfredo del Mazo Maza ya sacó el cobre de católico conservador, incluso más conservador que Josefina Vázquez Mota. En una entrevista en W Radio, el priista se pronunció en contra de los matrimonios entre personas del mismo sexo; en contra del derecho a adoptar de las parejas gay; y, para rematar, en contra del aborto. Alfredo aseguró que es un político que está a favor de los derechos de la familia, por más que habría que preguntarle: ¿De qué familia estamos hablando?
A casi un mes de las elecciones en las encuestas el voto de los mexiquenses ha ido cambiando y la pelea por el primer lugar se va cerrando. Josefina Vázquez Mota cada vez contempla de más cerca su nueva derrota electoral. Hace unos meses era la favorita en las encuestas para llevarse la gubernatura del Estado de México y hoy está peleando por no bajar al cuarto lugar. La intención de voto de la candidata del PAN ha caído de 33% a 18% en lo que va del 2017. Una pérdida de 15 puntos porcentuales en 5 meses, según la serie histórica de las encuestas de El Financiero. Con esta tendencia a la baja la panista ve disminuidas sus posibilidades de ganar la gubernatura, ya que, con cuatro semanas por delante de campañas, se ubica a 11 puntos de Delfina y a 14 de Del Mazo. Según la encuesta, el candidato del PRD, Juan Zepeda, cuenta con el 15 por ciento de las preferencias, 3 puntos por arriba del nivel que obtuvo en el estudio anterior y con posibilidades de disputarle el tercer lugar a la candidata del PAN.
Como posibles tendencias ahora se observan: la caída de Vázquez Mota, el crecimiento constante de la candidata de Morena, Delfina Gómez, y la recuperación del voto del priista Alfredo Del Mazo. En la encuesta de El Financiero de enero 2017, el 79% de los mexiquenses encuestados declaró estar insatisfecho con la manera de gobernar de Eruviel Ávila. Según esa misma encuesta, Vázquez Mota (33%) hubiera ganado la elección con 12 puntos de ventaja sobre Alfredo del Mazo (21%). Sin embargo, ahora, en plena campaña y después de que la ropa sucia se ha lavado en público, tenemos a un Del Mazo punteando pero inseguro de ganar; Delfina Gómez sigue avanzando y sólo la división del voto de la izquierda podría derrotarla; y Josefina como ya vimos resultó gallina de poco aliento por los 900 millones de pesos para los migrantes que nunca logró explicar dónde quedaron y por su natural antipatía electoral.
La tendencia de Delfina Gómez, candidata de Morena, ha ido creciendo en todas las encuestas. Pasando de un 16% en agosto de 2016 a un 29% en mayo 2017. Con estos resultados y a un mes de la elección se coloca en segundo lugar. Es la única que tiene una tendencia ascendente. Pero su candidatura se ve amenazada por la atomización del voto de izquierda. El candidato perredista, Juan Zepeda, se ubicó en el cuarto logar con el 15% de las intenciones del voto, y el candidato del PT con un 2%. Pero no habría que descartar que en el momento decisivo alguno de estos dos podría desistir y pasarle los votos s Delfina; además no faltarán los panistas que prefieran votar por Delfina que dejar a Del Mazo en la gubernatura. Pero habría que ver que papel quiere jugar el PRD en la historia: quedar como comparsa del priismos dividiendo el voto progresista. Valga anotar también que otras encuestas dan a Delfina la delantera (SDP Noticias; Mitofsky-Reforma).
Como observaciones finales sobre el resultado de la encuesta de El Financiero quedan las siguientes: el porcentaje de electores que ya decidió su voto creció de 35 a 44% por ciento desde finales de marzo. El 27% sigue indeciso y otro 23 por ciento tiene una preferencia pero aún podría cambiar de opinión. La percepción de quién podría resultar ganador también mostró algunas variaciones, al bajar Josefina de 21 a 15% y Del Mazo de 55 a 48% por ciento, mientras que Delfina sube de 24 a 26%; aunque el 11% cree que Zepeda del PRD podría resultar triunfador. De acuerdo con la encuesta, el 25% considera que Del Mazo ha hecho la mejor campaña hasta ahora; seguido de Delfina, con 19%. Los principales atributos que le ven al abanderado priista son su preparación y capacidad para gobernar, mientras que Delfina destaca en cercanía con la gente. Ninguno de los cuatro tiene una imagen de honestidad y en particular Josefina es percibida como corrupta. Los ataques mutuos con el tema de la corrupción parecen haber dañado seriamente a la candidata blanquiazul. Sin embargo, la corrupción no es el tema más importante para el electorado mexiquense, sino la inseguridad.
