- Cabe reflexionar sobre el proceso electoral del domingo pasado en Coahuila, Nayarit y el Estado de México como fenómeno político representativo de una estructura sistémica y cultural -en términos antropológicos- caracterizada por prácticas de ilegalidad electoral, cinismo político e insensibilidad social de una clase política que se concibe bajo el precepto del fin que justifica los medios.
- A los ojos de una ciudadanía acostumbrada a los procesos electorales plagados de anomalías, se sumó la práctica inexistencia de autoridades electorales que fiscalizaran las irregularidades del proceso tanto en Coahuila como en el Estado de México. Siendo el cuadro completo de disfuncionalidad electoral muy favorable a los fraudes electorales indemostrables en ambos estados: impunidad de los partidos en la utilización de todo lo que se pueda, tanto legal como ilegal, con tal de ganar; ciudadanía indefensa ante las prácticas electorales fraudulentas; autoridades electorales que simulan controlar lo que no controlan y menos fiscalizan como si fueran cómplices de la disfuncionalidad del sistema; medios que sí denuncian pero que también son impotentes ante un sistema que parece irreformable, con todo y las innumerables reformas electorales que siempre se distinguen por dejar huecos para garantizar la impunidad de los partidos.
- Tuvimos en el Estado de México que la participación pasó del 46.15% de 2011 a un 52.5% el domingo pasado, los cual nos sigue hablando del atraso político, del escepticismo y de la falta de credulidad en los resultados electorales de buena parte de la población adulta, y sin embargo todo mundo se congratulaba de la alta participación.
- Los partidos grandes sin excepción, como reflejo triunfalista para efectos de manipulación de la opinión pública, se declaran ganadores aun perdiendo la elección como fue el caso notorio del PRD y del PAN mismo. Todo mundo en México sabe del “mapachismo” priista ahora contagiado al conjunto de los partidos, pero no queda sino contemplar los atracos electorales como si fueran fatalidad del destino.
- Los partidos cifran su capacidad política de éxito en la sofisticación alcanzada por sus prácticas fraudulentas: acarreo de votantes; cantidades gigantescas de dinero ilegal aplicado a las campañas, sin el cual ganar una elección parece simplemente imposible; dinero procedente del crimen organizado sin ser detectado. Sin faltar la compra directa de votos con tinacos o techos de lámina y el uso gubernamental de los programas sociales para manipular a los electores pobres.
- En fin, lo que se denuncia como “un cochinero” se queda corto ante las dimensiones del muladar electoral y se suman la baja calidad de los candidatos ética y política, la pobreza de los debates, la evidente impericia e irresponsabilidad de los partidos al rendir cuenta de las gestiones de gobierno anteriores de los candidatos.
- Ahora tenemos que el conteo distrital en el Estado de México muestra que Delfina Gómez obtuvo 58 mil votos más que los cuantificados por el Programa de Resultados Electorales Preliminares (PREP); pero Alfredo del Mazo obtuvo 64 mil sufragios más que los que se adjudicaron por el PREP. Con el 97% de las casillas computadas, Del Mazo continúa como ganador con el 33.76% de los votos (2,019,449 de votos), mientras que Delfina queda en segundo lugar con el 30.84% de los votos (1,844,987 de sufragios).
- No obstante Morena impugnará la elección y ya exige, con justa razón, el recuento “voto por voto y casilla por casilla”. Andrés Manuel López Obrador en tanto mentor de Delfina Gómez salió a defender el triunfo de su partido dando por sentado que las cifras son fraudulentas. No sabemos en qué acabará la protesta que promete ser pacífica pero dudamos que le puedan arrancar al PRI la gubernatura.
- Por su parte el presidente del PAN, Ricardo Anaya, sostiene que su partido va por la anulación de las elecciones en Coahuila. El dirigente nacional del PAN, Ricardo Anaya, advirtió que no permitirán que los priistas se roben el triunfo de Guillermo Anaya en la contienda por la gubernatura, por lo que todo el Comité Ejecutivo Nacional (CEN) y los grupos parlamentarios se instalarán en la entidad para defender los votos del panista. Indicó además que para Acción Nacional no existe otro asunto con mayor prioridad que defender lo logrado por Guillermo Anaya, por lo que los principales liderazgos llegarán para reforzar la estrategia para asegurar que sea reconocida su victoria. Además, Ricardo Anaya se siente fuerte por el triunfo de la alianza anti natura entre PAN y PRD para ganar en Nayarit; ahora pretende no importarle la abrumadora derrota en el Estado de México y acaso obtenga Coahuila pero: ¿A cambio de qué?
- Lavándose en salud, el consejero presidente del Instituto Nacional Electoral, Lorenzo Córdova, sostuvo públicamente que el PREP de Coahuila se detuvo sospechosamente con el 72% del conteo, registrando un comportamiento atípico que generó crispación entre los partidos. Córdova indicó que este escenario: “anticipa que la vía jurisdiccional está cantada, por lo que eventualmente será el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación el que en su caso no sólo resolverá las disputas, sino que ordenará un recuento mayor en algunos casos”. Ante las acusaciones de fraude en Coahuila y el Estado de México, el consejero presidente del INE puntualizó que los partidos que hacen las denuncias tendrán que presentar pruebas concretas, porque el Tribunal no se guía por sensaciones sino por hechos.
- En otro orden de ideas, el aparentemente desinteresado de Miguel Ángel Mancera consideró que las elecciones en el Estado de México mostraron que los egos están acabando con la izquierda. Por lo que Mancera convocó a los dirigentes de ese lado del espectro político, entre ellos a Andrés Manuel López Obrador, a no construir una “alianza simplista” en favor de alguien, sino de un proyecto. Recordó que durante la campaña se hizo un llamado al dirigente nacional de Morena para realizar una alianza, pero AMLO la rechazó. Para Mancera, el perredista Juan Zepeda demostró que es un gran candidato; y curiosamente coincide con la presidenta del PRD, Alejandra Barrales, junto con el mismo Zepeda, en que de haber tenido dos semanas más de campaña el PRD hubiera ganado las elecciones. Claro, ninguno de ellos acepta la responsabilidad histórica de haber dejado al PRI en la gubernatura cundo todo indicaba que era Morena quien podía lograr la conquista de ese bastión fundamental para ganar el 2018.
- Mancera se proyecta, si existe algún ego en juego es el suyo. No obstante plantea ese jefe de gobierno un problema que merece ser reflexionado. Si cabe el dolor de que la izquierda perdió la elección en el Estado de México por la división entre morenos y perredistas. Juntos hubieran ganado la elección de lejos y el PRI hubiera sido destronado. ¿Pero que impidió la alianza natural entre partidos de supuesta izquierda? Muchos argumentan que fue la arrogancia de AMLO lo que no permitió un acercamiento y un compromiso para alcanzar el triunfo; fue notorio el ultimátum de AMLO para alcanzar ese acuerdo bajo condiciones de rendición de los perredistas a sus designios autoritarios. Pero también se pude argumentar que lo más probable es que Zepeda y los Chuchos hayan pactado con el PRI la atomización del voto de la izquierda justamente para contener a Morena. Quizás nunca sabremos lo que realmente sucedió, pero lo que sí quedó claro es que la división de la izquierda será la garantía de perder la presidencia en el 2018. Se trata para nuestra desgracia de machos irredentos habituados a los juegos de suma cero e incapacitados de pactar. Digamos que el machismo impide la visión histórica.
Toluca, Mex.- Aspectos de la jornada electoral en el Estado de Mexico donde mas de 10 millones de habitantes elegiran al gobernador del estado; la imagen de la casilla ubicada en la plaza Gonzalez Arratia, en el centro de la ciudad. Agencia MVT / Mario Vazquez de la Torre.