Un comentarista, un tanto superficial, llamado Carlos Mota del periódico El Heraldo de México (sí, aún existe) escribe directamente contra el cine de Amat Escalante, contra él y contra la casa productora a la que llama su camarilla, Mantarraya Cine. https://heraldodemexico.com.mx/opinion/amat-recibio-8-5-millones-y-fracaso/ Lo descalifica directamente llamándolo fracasado por meter 14 mil espectadores en su primer fin de semana de estreno comercial de la película La Región Salvaje, habiendo utilizado para su producción 8.5 millones de pesos y no sé si contó el estimulo para distribución que utiliza en promedio otros 2 millones de pesos de dinero público que no va al erario y se cruza entre una empresa, con su ISR y el visto bueno de Hacienda directo a la productora o distribuidora.
Carlos Mota, a quien no conocía, le interesa escandalizar y comparar lo gastado con lo recaudado sin valorar las condiciones de distribución y exhibición que marcan toda la diferencia. Con los ya consabidos argumentos de las prácticas desleales y monopólicas entre Hollywood y el resto del mundo.
No sólo eso, el comentarista pide que desaparezca Foprocine (Fondo de Producción para la Calidad del Cine Mexicano), se lo pide a los pre-candidatos a la presidencia, argumentando el fracaso en taquilla y que el dinero de los fondos de calidad se van a la basura.
El fracaso de Carlos Mota es su nulo entendimiento de lo que significan los estímulos para la creación que están presentes en todas las artes, en todos los países del mundo y no sólo los del tufo socialistoide, los países más desarrollados en el mercado libre tienen fondos para las artes, Canadá, Inglaterra, Francia, etc.
El comentarista parece que no entiende las “ganancias” de los intangibles y del cine visto como arte y no sólo como mercancía. No se entera de lo que significa para las co-producciones internacionales que México tenga un doble ganador a mejor director en los festivales de cine más importantes del mundo, Cannes y Venecia: Amat Escalante. Parece que no entiende de la presencia del cine de calidad en los festivales más importantes y las puertas que abre a los mercados internacionales. Desconoce el respeto y prestigio que en ninguna otra área se destaca el país como lo que ahora significa el cine mexicano a nivel global, entre otros gracias al propio Escalante.
No entiende que la búsqueda creativa es otro valor intangible versus las fórmulas del estándar de televisa para hacer taquilla con comedias románticas que siguen repitiendo fórmulas de la televisión que está desapareciendo poco a poco y en estas patadas de ahogado traslada al cine comercial acaparando la distribución y exhibición apostándole a los primeros fines de semana con inversiones altas de promoción más todas sus plataformas en medios de comunicación que controlan y de las que son sus socios directos.
Este diseño de fondos, apoyos y becas, no es el mejor ni el más efectivo, es necesaria su revisión, se tiene que cambiar el modelo para colocar a los fondos y apoyos no como dádivas para unos cuantos, sino como motores de crecimiento para todo el sector creativo para que sea un eje transversal que además genere recursos por su propia cuenta ligándolo también a otras actividades productivas.
Este modelo de cultura heredado del salinismo a través del desaparecido Conaculta no es el mejor modelo, ni sus intenciones son las adecuadas para ver a la cultura como modelo de desarrollo y creación no sólo de obra creativa si no de bienes culturales con valor tangible y como parte de la generación de empleos y recursos económicos.
Este es un modelo en cierto modo asistencialista y con un sesgo de control al otorgar proporcionalmente muy pocos apoyos frente a la demanda real de los creadores y de la sociedad.
Los valores artísticos y creativos son igual de importantes que la cantidad de espectadores que ven ese resultado y su recaudación en taquilla. Cada elemento debe ser analizado en su justa dimensión. Porque si no este camino nos estará llevando a analizar los valores estéticos y artísticos de las comedias románticas de Videocine.
Hay para todos los gustos y debería de haber mucho pero mucho más para un país tan diverso como este.