Verdad y mentira en el mundo de las fake news y la post verdad.

En medio de tanta simulación y mentira pública ¿quién ostenta la verdad? ¿quién se atreve a decir la verdad? a decir: “yo tengo la verdad, yo digo la verdad.” Nadie. Ni por asomo.

Y definitivamente quienes ostentan el poder visible tampoco tienen la verdad. Hay un poder debajo del marketing del poder que ejercen los gobiernos oficiales. Ese poder es un poder real. Y es quien parece define de qué tenemos que estar enterados. Son poderes que van desde las industrias militares, estatales y privadas, hasta las industrias petroleras, de energías y farmaceúticas, fondos de inversión, bancos, conglomerados mediáticos globales y multinacionales tecnológicas. Son quienes realmente controlan el flujo de información y de lo que quieren que estemos enterados.

Esa cadena llega hasta las agencias de noticias globales y de ahí a la opinión pública y a las manipulables redes sociales y su supuesta independencia ciudadana que a billetazos de bots modifican las tendencias y sostienen el discurso inducido.

Ya no hay verdad, con la post verdad la norma es la mentira, la noticia falsa, sesgada, manipulada, interpretada a conveniencia, metida a la fuerza en un algoritmo y manipulada.

Más allá de planteamientos conspiranoicos, parece que el ciudadano de a pie ya no tiene acceso a la verdad, ésta parece que ya no existe. En medio de tanta información, la “verdad” se esconde hábilmente. Realmente no sabemos qué pasa al interior de los gobiernos y de los gobiernos reales que gobiernan por encima de los gobiernos “democráticos”.

El ciudadano común y corriente como tú y como yo, por más informado que se crea, no tiene acceso a la verdad real, directa. A lo que sí tiene acceso diario y en grandes cantidades esa a la información manipulada y al exceso de información para perderse en la coyuntura del instante.

Parece que hay una sola noticia global para el mundo occidental y esta se reproduce y reproduce al infinito en un muy corto lapso, desde los medios masivos hasta las redes sociales.

El otro lado de la moneda de la búsqueda de la verdad, parece ser el espionaje masivo de gobiernos y grandes corporaciones donde los pequeños dispositivos son los agentes infiltrados en la intimidad. Redes para manipular opiniones públicas principalmente, así como estandarizar e inducir gustos. Mecanismo ampliamente demostrado con efectividad en decisiones masivas inducidas como en el caso del Brexit en Inglaterra y la elección de Trump en Estados Unidos, donde el miedo sembrado despertó el miedo al otro, a lo extraño, al no nativo y enarboló un nacionalismo reaccionario que tomó fuerza para colocarse por encima de todo y cargar la balanza a las llamadas derechas. La gran mentira sembrando miedo para controlar a la masa.

Internet creció, después de su nacimiento en la industria militar, como un ideal social para compartir información entre individuos pero rápidamente ha sido controlada por los intereses corporativos globales y de los Estados-nación que se disputan el control hegemónico global. La guerra ahora es por datos. Por el control masivo de datos. Y la NSA, la Agencia Nacional de Seguridad de Estados Unidos, marcó la pauta del espionaje masivo, la colusión entre corporaciones y Estados con interés totalitario global. China y Rusia no se quedan atrás en las mismas formas de espionaje y manipulación a sus ciudadanos

Julian Assange finalmente fue arrestado dentro de su cautiverio en la embajada ecuatoriana en Londres. Se le ha condenado como un enemigo del sistema por revelar crímenes de guerra del ejército de Estados Unidos. Destapando escándalos y mentiras de los gobiernos hegemónicos de occidente. ¿Es un paladín por la lucha de la verdad? ¿Es un periodista? ¿Un activista? ¿Un hacker? Lo que ha quedado claro es que es un enemigo del sistema que mostró la peor cara del traje del emperador. Y ha escalado en tamaño la repercusión de sus revelaciones, asociadas más a la ingeniería de datos, encriptamientos y criptopunk que a la cuestión periodística ¿Es un buscador de la verdad? ¿El siguiente mártir cibernético?

La noción de verdad debería pasar por el interés individual por forjarse un criterio y un entrenamiento para hacerle frente crítico a la masa de información que nos llega todos los días minuto a minuto.

Los gobiernos mienten y los individuos debemos aprender a verificar la simple sospecha, por más sofisticado que sea el mensaje.

La verdad está en manos del ciudadano común confiando en su intuición y en el desarrollo para verificar y forjarse un verdadero criterio personal. No se fácil pero siempre está la intuición presente para discernir mejor.

 

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