– En entrevista del pasado 25 de marzo, el Secretario de Relaciones Exteriores, Luis Videgaray, sostuvo que confía en salida rápida de la negociación del TLCAN con Estados Unidos y Canadá. Reconoció además que en espera de una negociación adecuada se tiene una enorme incertidumbre en la economía nacional, en los mercados financieros y en las decisiones de las empresas. Por tanto sostiene que mientras más rápido se despejen las incógnitas de la relación comercial con Estado Unidos más positivo será para la economía. Aunque insiste que no por acelerar el paso caeremos en una mala negociación. La negociación empezará en el verano y correrá su curso normal. No se trata de un nuevo tratado, por eso supone permite que la negociación sea más corta.
– Un día antes, en la Convención Bancaria, Videgaray había sostenido que, si los términos de la negociación comercial con EU no son favorables para el país, México está listo para levantarse de la mesa. Finalmente, nuestro país no propuso la renegociación, pero ya que está sobre la mesa, visualiza un horizonte en el que los tres países que lo integran puedan obtener ventajas de su modernización. Y si no, entonces las reglas de la OMC son claramente favorables a México.
– El Canciller también quitó suspicacias a cualquier interés electoral de este proceso. Señaló, a pregunta del aún presidente de los banqueros, Luis Robles, que, si hubiera que optar entre una buena negociación y una negociación rápida, la elección indudable sería la primera. “No seremos rehenes de nuestros propios tiempos electorales”.
– El dilema de Luis Videgaray está juega en dos tableros a la vez: por un lado le encanta ser parte muy principal en lo que será una renegociación histórica del TLCAN; y en su segundo tablero estamos seguros que no ha descartado su opción de ser candidato del PRI a la presidencia. El drama es que se trata de tableros no sólo distintos sino contradictorios que no admiten superposición.
– Una renegociación de un tratado de tal complejidad no puede darse al vapor e incluso la parte estadounidense jugará la carta del tiempo para obtener los mayores beneficios posibles, justamente a sabiendas que Videgaray corre contra el tiempo. Y no es suficiente con afirmar que existen las condiciones para una renegociación “más corta”-como quien dice a muerte súbita-. Falta desmenuzar cuál es la posición de la parte estadounidense e incluso ver en qué actitud se presentan los canadienses.
– Incluso cabe calcular que después de la derrota sufrida por Trump en materia de salud, al no poder abrogar el Obamacare por la defección de varios legisladores republicanos, ahora querrá imponerse como ganador ante su opinión pública con una victoria fácil y no dudemos que escoja al gobierno mexicano como su posible víctima. Ciertamente Videgaray afirma que si la negociación no es la adecuada para los intereses de México entonces podríamos retirarnos del Tratado y apelar a la OMC. Pero, cuál será la definición de Videgaray de una buena o mala negociación si su tendencia reconocida a nivel nacional e internacional es la del apaciguamiento ante las agresiones y las provocaciones de Trump.
– Sin embargo, no todo está perdido ni mucho menos y cada día son más las voces que hablan con optimismo de la negociación que viene. En primer término, ya es evidente que Donald Trump no sólo no se ha reforzado en sus primeros días de presidente sino que se ha debilitado porque las contradicciones internas empiezan a aflorar inclusive en su propio campo republicano.
– Porque además las instituciones en Estados Unidos, los medios y la comunidad de inteligencia no se dejaron amedrentar por la bravuconadas iniciales de Trump. Haber reclutado para su gabinete a un nutrido grupo de los súper millonarios no garantizó la paz gubernamental: las reglas del poder económico y financiero son distintas a las reglas de juego del poder del Estado y Trump no es un estadista ni tiene la posibilidad de llegar a serlo por su ignorancia y extraordinario desconocimiento tanto de las relaciones internacionales como de los usos y costumbre gubernamentales de su propio país. Por ejemplo, no calculó el daño que una relación espuria con Rusia traería consigo; ni tampoco calculó que para la opinión pública estadounidense alianza con los rusos suena a espionaje de la mejor tradición propia de la Guerra Fría que se suponía culminada.
– De la Convención Bancaria de la semana pasada también es pertinente recoger algunas observaciones de Enrique Quintana quien como periodista es muy ponderado. En su opinión la posición de México para una renegociación del TLCAN es inmejorable y la describe con la viejo dicho coloquial de “tenemos la sartén por el mango” Y lo dice después de haber escuchado a la exegociadora de EU para el TLCAN, Carla Hills; al exsecretario de Comercio de México, Jaime Serra; y al exsecretario del Tesoro de EU, Larry Summers.
– Dijo Summers: “La retirada de Estados Unidos del TLCAN sería el mayor regalo estratégico y económico que pudiéramos darle a China”. En ese sentido justo, si la visión del consejero comercial de la presidencia de Estados Unidos, Peter Navarro, es que China es el enemigo, México tiene una posición privilegiada en esta negociación. En la visión estratégica de la Casa Blanca, EU tiene más que perder que México, ante un eventual fin del TLCAN. Trump no le va a dar un regalo estratégico a China.
– Jaime Serra, exsecretario de Comercio de México y uno de los más profundos conocedores del TLCAN, señaló con toda precisión: la negociación es entre tres, no entre dos. Canadá es un actor protagónico y no comparsa de EU. Michael Wilson, negociador del TLCAN original dijo: no se confundan, Canadá está del lado de México en la mesa. No por simpatía, sino porque les conviene.
– Según Quintana cuando se ponen todas las piezas del rompecabezas, resulta claro que estamos lejos de estar contra la pared. Tenemos una posición ventajosa en la negociación. Nos angustiamos tras la llegada de Trump a la Casa Blanca y aún existen varios motivos de qué preocuparse, pero la visión apocalíptica de los primeros días debe quedar atrás. De manera realista, hay condiciones para que los costos para México sean los más bajos y además exista posibilidad de sacar ventaja.
– Por su parte, el gobierno del presidente Enrique Peña Nieto está comprometido a garantizar que Norteamérica siga siendo una región libre de aranceles y ha sido claro en establecer los límites de lo que puede aceptar en una negociación con Estados Unidos. México está abierto a incluir un mecanismo de estabilización del peso, mencionado a principios de este mes por el Secretario de Comercio de Estados Unidos Wilbur Ross, como parte de una actualización del TLCAN, así como nuevos sectores como el comercio digital, la energía y las telecomunicaciones.
– El gobernador del banco central, Agustín Carstens, considera que la moneda del país está subvaluada incluso después del alza récord que ha registrado desde que Trump tomó posesión. Dijo que la recuperación muestra que el mercado entiende que los tres socios del TLCAN están comprometidos a trabajar duro para llegar a un buen acuerdo. México resintió el impacto inicial de la presidencia de Donald Trump porque el peso cayó a consecuencia de las amenazas del presidente de Estados Unidos. Ahora la moneda se ha recuperado luego de que funcionarios de la administración de Trump dijeron que confiaban en que pudiera llegarse a un acuerdo comercial que beneficiara a los dos países.
– Tendremos un TLCAN 2.0, pero el proceso será largo con vistas de ser aprobado a finales de 2018 o principios de 2019, señalaron expertos en comercio internacional de los tres países.
– La semana pasada el principal asesor comercial de Trump, Peter Navarro, alimentó las esperanzas de que Estados Unidos adoptara un enfoque más conciliatorio hacia México. En una entrevista con Bloomberg News, Navarro dijo que esperaba que Estados Unidos pudiera aliarse con México para formar una “potencia regional mutuamente benéfica” para los fabricantes y trabajadores en ambos lados de la frontera.
– Como nota positiva también, tenemos que las Pymes serán uno de los focos de atención para el gobierno mexicano en la próxima renegociación del TLCAN, aseguró el secretario de Economía, Ildefonso Guajardo. En este sentido, agregó que buscarán elevar el contenido nacional de las manufacturas a través de las reglas de origen.
– En el marco de la convención nacional de la Canacintra, Juan Pablo Castañón, presidente del Consejo Coordinador Empresarial (CCE), sostuvo que los empresarios mexicanos ya sostienen pláticas regulares con sus contrapartes de Estados Unidos y Canadá con intereses en México para nivelar la negociación entre gobiernos.
– Entre los objetivos que busca el gobierno de México en la negociación comercial con Estados Unidos se defiende que las remesas deben permanecer sin afectarse, sin ponerles costos adicionales. Estos flujos tienen un impacto en la economía muy importante, pero sobre todo tienen una dimensión social, ya que son flujos que llegan principalmente a familias de bajos ingresos. También se buscará tener un modelo en el que la competitividad de México no se base en la mano de obra barata. El acuerdo debe permitir que ganen todos, principalmente los trabajadores en México. También se espera que debe haber un compromiso por parte de Estados Unidos en atender el problema de flujos de armas y dinero que provienen de ese país y llegan de manera ilegal a las organizaciones criminales. Nuestro gobierno entiende que la relación con Estados Unidos siempre ha sido prioritaria y lo que se resuelva en las negociaciones va a determinar la convivencia y la vida económica y social con ese país para las próximas décadas.