- El incremento substancial en el precio de la gasolina generó un repudio social activo de nueva dimensión por su extensión, niveles de violencia y saqueos. Las manifestaciones de protesta continuaban el 22 de enero. La duración de las protestas se interpreta como constatación de la amplia base social del descontento.
- Se trató de muestras de reprobación a un régimen y su jefe de Estado y de gobierno. Más que una simple protesta por desencanto económico: en buena medida se trata del repudio fundado contra la corrupción, la impunidad, la simulación y la violencia sin límites.
- El nivel de aprobación de Peña Nieto descendió hasta llegar al 9%; después se instaló en 12%. Se hizo evidente de nueva cuenta el peso social de la ingobernabilidad, la ilegitimidad y la disfuncionalidad del Estado.
- Ciertamente en los disturbios se conjugaron: la protesta espontánea, la provocación pagada y la intervención de grupos identificados con la oposición –PRD y Morena-. Pero sería un error desvirtuar la protesta por una supuesta conspiración no demostrada.
- Las redes sociales le entraron de lleno a la revuelta. Se destacaron promoviendo los saqueos las autodenominadas “Secta 100tifikos” y la “Secta Holk”.
- En términos de gestión de crisis, se reconoce por diversos analistas que los argumentos de defensa fueron insuficientes, inoportunos o tardíos.
- La pradera estaba seca y distribuyeron cerillos llegó a todas partes. El 15 de enero se realizaron manifestaciones en 28 entidades y en las redes sociales se hace viral la convocatoria a la protesta.
- Revela encuesta reciente[1]: 67% interpretan que la medida fue para recaudar recursos; 59% adjudican la responsabilidad del alza de precios en la gasolina al Presidente; 94% asume que el incremento del precio de la gasolina no justifica los saqueos y 91% reprueba la violencia.
- Se calificó por la patronal que el “Acuerdo para el Fortalecimiento Económico y la Protección de la Economía Familiar” fue improvisado.
- El acuerdo a los pocos días quedó denegado por el incremento posterior de los precios en otros productos de primera necesidad como fue el caso de las tortillas y el costo del transporte público.
- La advertencia presidencial de que ya no podemos contar con la renta petrolera del pasado fue interpretada como ausencia de autocrítica.
- Es significativo que haya sido el Estado de México la entidad más afectada por los disturbios en atención a las próximas elecciones.
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[1] “Ven gasolinazo como medida recaudatoria”, El Universal, 13-01-1017.