México desprecia su propia creatividad

El pasado 5 de mayo se publicó en la versión digital de la revista Forbes México el artículo titulado: “¿Por qué en México despreciamos el poder de las industrias creativas?”, donde se aborda una reflexión importante acerca de la visión general que como mexicanos tenemos del arte, la cultura y la creatividad. Que de entrada es sumamente subestimada, es arrinconada y evitamos su tratamiento como un motor de la economía. A diferencia de países como Inglaterra y Canadá, por ejemplo.

En estos países son un eje primordial las actividades culturales y artísticas, fomentadas realmente por políticas públicas que las favorecen para que existan y se desarrollen a la par de una sociedad y del aparato productivo-económico.

En México siguen relegadas como actividades de recreación y esparcimiento y no como motores de desarrollo, crecimiento, educación emocional y estética de un país. Qué decir de los apoyos y políticas institucionales que ven como dádivas la generación de proyectos y productos creativos o artísticos. Poco para muchos para evadir la queja.

Las políticas en estos países anglosajones antes mencionados generan oportunidades y formas de financiamiento para la vida creativa. No sólo para convertirlos en atractivos turísticos sino también como una manera muy importante de generar riqueza interna sin proteccionismos.

El consultor y articulista de economía y mercados Ernesto Piedras menciona, en el artículo antes mencionado, que la creatividad, arte y cultura generan el 7.4% del PIB nacional y que el gobierno aporta para estas actividades sólo un 0.0002% del PIB. El arte y la creatividad generan mucho más proporcionalmente hablando en términos económicos de lo que se le apoya.

Lo cierto también es que una sociedad acostumbrada al arte y la creatividad tiende a ser más consciente y crítica. Cosa que la administración pública y la política oficial no quieren que cambie para continuar manipulando a un país dormido y enajenado para seguir con el saqueo permanente para intereses privados a través de la corrupción.

Las políticas públicas y una visión que asuma a la creatividad y al arte como un motor de generación de riqueza, modificará drásticamente el estado de bienestar de este país. No es que no haya voluntad, es que no hay interés y le temen a un individuo pensante y con criterio.

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