- Hace decenios que los economistas han sido el gremio más poderoso en México por el férreo control que han logrado establecer de las riendas de las finanzas públicas a partir del monopolio de los puestos principales en las instituciones de control económico y financiero: El Banco de México y la Secretaría de Hacienda.
- Los economistas tecnocráticos han sido los principales baluartes de lo que se ha denominado como el neoliberalismo que se impuso en México al igual que en el resto de América Latina a partir de los que pasó a la historia como el Consenso de Washington o decálogo de recetas neoliberales para países como el nuestro a propuesta del economista John Williamson en 1989.
- Y recordamos los puntos considerados en su decálogo por encontrarse en el fondo de la desgracia económica que se vive en México:
1) Disciplina fiscal evitando grandes déficits con la consabida reducción del gasto público a niveles de abandono de las políticas de desarrollo;
2) Reducción de subsidios golpeando a las clases más vulnerables;
3) Reforma tributaria que en la práctica se ha traducido en golpes incesantes a las clases medias y trabajadoras con evidente exoneración impositiva de las grandes fortunas;
4) Abandono de la fijación de las tasas de interés para que sea el mercado el que las determine con el claro propósito de servir a los grandes capitales y no a los pequeños ahorradores;
5) Tipos de cambio competitivos que normalmente favorecen a las monedas fuertes en detrimento de las monedas débiles como el peso mexicano;
6) Liberalización del comercio y por ende de las importaciones en detrimento de la producción industrial y agrícola interna que compite en posiciones de desigualdad de oportunidades financieras, acceso a la tecnología y subsidios;
7) Liberalización de las barreras contra la Inversión Extranjera Directa (IED) que favoreció la implantación en México y en el resto de los países en desarrollo de las grandes transnacionales industriales, agropecuarias, tecnológicas, de servicios y financieras;
8) Privatización de empresas estatales que en México cobró la forma de apropiación delincuencial de los bienes estatales y nacionales a través del tráfico de influencias, la información privilegiada, la legislación ad-hoc y la franca entrega de las empresas mexicanas a manos extranjeras como fue el caso de la banca, los ferrocarriles, los fertilizantes, la minería y ahora será el caso de Pemex;
9) Desregulación amañada que también favoreció al gran capital y no se generalizó para impulsar las pequeñas y la medianas empresa industriales y agrícolas;
10) Seguridad jurídica de los derechos de propiedad que representaba el valor máximo de garantía de la reproducción del capital y no se preveía que el crimen organizado irrumpiera en la escena para relativizar el fenómeno de la propiedad privada al servicio de la acumulación originaria del capitalismo delincuencial.
- Esos son lo dogmas de fe de la tecnocracia y si consideramos el estado en el que se encuentra no sólo la economía de México como conjunto, sino el estado de miseria en el que viven la gran mayoría de los mexicanos, junto con una desigualdad que invita a la revuelta social que en parte es representada por la lucha de clases convertida en narcoguerra, entonces tenemos que la desgracia en la reproducción económica del capitalismo es defendida por la ideología que antes se consideraba como dominante y que ahora hace agua por todas partes.
- Por ejemplo, en su mensaje durante la clausura de la Reunión de Consejeros del Grupo Financiero BBVA Bancomer, el titular de la Secretaría de Hacienda, José Antonio Meade Kuribreña aseguró que las cifras económicas del primer trimestre del año son alentadoras, tanto que hasta los pronósticos de crecimiento han sido modificados al alza. Según el siempre optimista de Meade, el ambiente para la economía mexicana ha sido difícil, pero aún así se ha comportado de manera positiva, señalando: “En un contexto muy complicado, con muchos vientos de frente, el comportamiento de la economía mexicana ha sido muy bueno en términos absolutos, pero ha sido todavía mejor corregido por un entorno muy complicado y muy adverso”.
- Por su parte el Banco de México (Banxico) ajusta al alza su proyección para el avance del PIB este año, a un rango de entre el 1.5 y el 2.5%. Para 2018, el Banco de México mantuvo su previsión de un avance de entre el 1.7 y el 2.7%. Sin embargo, la entidad comandada por Agustín Carstens alertó que “a pesar del relativamente favorable desempeño de la actividad económica a inicios de 2017, las cifras más recientes apuntan a cierta desaceleración de la actividad productiva en los próximos trimestres, lo cual pareciera estar parcialmente asociado, tal como se destacó en el Informe previo, a los efectos de la incertidumbre relativa al futuro de la relación económica entre México y Estados Unidos sobre las decisiones de inversión y consumo, si bien estos se han atenuado ligeramente”. En cuanto a la inflación, se prevé que al finalizar el 2017 se ubique considerablemente por arriba de lo esperado. Respecto al número de empleos formales que se crearán este año, el Banco Central también elevó su proyección a un rango de entre 650 y 750 mil.
- Es decir, según la banda de los tecnócratas las cosas no van tan mal, de hecho van mejor de los esperado. Al parecer, además de ser educados bajo los dogmas del decálogo del Consenso de Washington, son educados en las universidades estadounidenses de mayor prestigio para ser eternamente optimistas en el juego de la eterna simulación de resultados. El país se encuentra bajo una condición ya inocultable de guerra civil asimétrica pero la inflación está bajo control. El crimen organizado recluta masivamente jóvenes y niños para las funciones delincuenciales más abyectas pero se crearon más trabajos que nunca.
- Pero incluso en sus propios términos tecnocráticos su optimismo no puede ser más falaz. En lo que va del sexenio México cayó 16 lugares en competitividad. El país cayó al lugar 48 en el Índice Mundial de Competitividad 2017 (IMD World Competitiveness Center). Lo que representa la posición más baja desde 2008, y representa una caída de 16 lugares en lo que va del sexenio: pasamos del puesto 32 que teníamos en el ranking de 2013 al 48. Las deficiencias que arrastraron a México en el listado de este año fueron: infraestructura, educación y comercio internacional. Los analistas de dicho centro recomiendan consolidar la relación comercial con Estados Unidos, así como continuar con la implementación adecuada de las reformas estructurales. Advierten además, la necesidad de que México acelere su crecimiento del PIB a ritmos de 3 o 4% a través de promover el crecimiento del mercado interno con la innovación de “mercados mexicanos para productos mexicanos”, y mejore e ambiente de negocios con una buena regulación de la competencia y mayor justicia. México cayó, de acuerdo a los 340 criterios de calificación utilizados para medir la competitividad: en desempeño económico, en eficiencia del gobierno, en eficiencia de los negocios y en eficiencia de la infraestructura. O sea reprobados, como cabe en todo Estado disfuncional que simula pero no resuelve.