Los mercados de capital comienzan a generar opinión pública a través de la prensa por enviados que hablan a favor de las bondades de la legalización de la mariguana. Coca-Cola ya levantó la mano e hizo público su interés por entrar al mercado de bebidas con mariguana. Así como cerveza Corona ya anunció también el mismo interés.
Fox y Zedillo hacen campaña a favor de la legalización, más con pretensiones de cabildeo que de resolver el tema de las drogas y su prohibición. Pero cuando les tocó la oportunidad de ponerlo a discusión en sus administraciones el interés global estaba en mantener la prohibición más por un interés de rentabilidad que un interés por consumo responsable.
Se ha hablado y sobre-analizado mucho el tema de la prohibición y su sesgo moral que en el fondo le da mucho más valor de capital a las mercancías prohibidas. La prohibición es parte del negocio.
Pero la discusión se ha abierto en México a medio camino de una guerra contra un concepto o idea, no contra un enemigo directo, sino una guerra contra las drogas.
El uso medicinal de la mariguana pasó una larga batalla y se concretó de manera poco generosa para los pacientes. Hay una contradicción conceptual, una guerra aún en proceso y un incipiente debate sobre su legalización para uso lúdico.
Después de los partes de guerra en que se convirtieron los noticieros en los recientes dos sexenios, no se ha planteado la posibilidad por parte del gobierno electo de, primero, hacer una declaratoria de paz del Estado para comenzar a modificar este terrorismo intestino que incluye al ejército, incluye a los miles de desaparecidos, a la galopante corrupción y a las mentiras oficiales.
Pero el mercado ya arrancó lo suyo, comenzar a sensibilizar a la opinión pública con sus voceros extra-oficiales y con las grandes marcas colocando el tema en la opinión. Así irán suavizando el debate para pasar al cabildeo directo y a la legislación que abra un mercado en México que los grandes capitales ya lo están colocando en la mira.
La legalización en Canadá y varios estados de EE.UU. ha sido un gran negocio, han creado un mercado y una cultura del consumo legal de mariguana y la sofisticación que ello implica con el uso de la tecnología para su distribución, para hacerla llegar correctamente y a la medida de los consumidores disciplinados.
Antes que el capital empuje la creación del nuevo mercado se debe procurar disipar la prohibición como parte de una guerra civil, abrir las oportunidades de mercado a todas las escalas, cambiar la cultura de la prohibición y el miedo por el de la responsabilidad individual del consumo consciente.
La verdadera convivencia social pasa por la tolerancia y responsabilidad entre individuos de la manera en que cada quien decide alterar su conciencia sin afectar a terceros.